Tratamientos
Ablación por radiofrecuencia de tiroides (ARF)
La ARF de tiroides es un procedimiento mínimamente invasivo para tratar nódulos tiroideos. Usando ultrasonido, se localiza el nódulo y se aplica energía controlada a través de un electrodo para eliminarlo. El calor térmico de la ARF degenera el nódulo, y el tejido eliminado se expulsa de manera natural durante los meses siguientes.
La importancia de la tiroides
La glándula tiroides, con forma de mariposa y ubicada en el cuello, es esencial para el funcionamiento normal del cuerpo. Como parte del sistema endocrino, regula el ritmo cardíaco, la temperatura, la presión arterial y el metabolismo a través de la producción de hormonas.
Nódulos tiroideos y tratamientos tradicionales
Los nódulos tiroideos suelen ser benignos, pero pueden causar molestias al tragar, hinchazón y desequilibrios hormonales. La cirugía de extirpación total de la glándula tiroides, aunque eficaz, puede dejar cicatrices y provocar hipotiroidismo, obligando al paciente a depender de medicación de por vida.
Beneficios de escoger la Ablación por Radiofrecuencia
- Preservación de la tiroides sana
Mantiene el tejido tiroideo saludable y permite el funcionamiento normal sin necesidad de medicación de por vida. - Procedimiento mínimamente invasivo
Utiliza una aguja fina, evita cicatrices quirúrgicas y no requiere anestesia general. - Recuperación rápida
Procedimiento ambulatorio, sin hospitalización y con tiempos de recuperación más cortos. - Reducción efectiva del volumen de los nódulos
Estudios clínicos muestran una disminución significativa del tamaño de los nódulos benignos: hasta un 73% en 6 meses y un 93% en 4 años. - Mejora de la calidad de vida
Miles de pacientes en todo el mundo han tratado con éxito su condición tiroidea con STARmed Thyroid RFA.
Etapas del tratamiento
Antes
El médico hará una evaluación general incluyendo los medicamentos que toma actualmente. Aunque la mayoría de los medicamentos no interfieren con el tratamiento, es probable que, si toma anticoagulantes, tenga que dejar de tomarlos algunos días antes de la intervención.
Durante
Preparación: Se recuesta la cabeza sobre un cojín con el cuello extendido. Se colocan almohadillas de conexión a tierra (electrodos neutros) en los muslos, se limpia la piel y se aplica anestesia local alrededor de la tiroides. Durante el procedimiento, podrá respirar, hablar y tragar normalmente.
Ablación: Con ayuda de ultrasonido, un electrodo fino se inserta en el nódulo. El médico controla el flujo de energía para tratar el tejido, observa los cambios en tiempo real y realiza ajustes si es necesario.
Después
Se coloca un vendaje y se usan compresas frías en el cuello para reducir molestias.
Se le observará durante un breve período antes de dar el alta. Consulte con su médico antes de la intervención sobre la posibilidad de conducir, ya que podría necesitar que alguien lo lleve y lo traiga. En la mayoría de los casos, podrá retomar sus actividades cotidianas casi de inmediato.
El nódulo tratado se descompondrá gradualmente y el sistema inmunológico lo eliminará.
Preguntas frecuentes sobre el tratamiento
La ablación por radiofrecuencia (ARF) tiene riesgos menores como quemaduras en la piel, hematomas y vómitos. Complicaciones mayores, aunque raras, incluyen ruptura del nódulo, infecciones y cambios temporales o permanentes en la voz. El riesgo de daño permanente al nervio laríngeo que afecte la voz es menor al 7%.
Después del procedimiento, el sistema inmunitario elimina las células del nódulo tratado. Los nódulos suelen reducirse en tamaño en 2-3 semanas, y la reducción total puede ser de un 40%-60% en tres meses, y hasta un 90% al año. Los síntomas como la dificultad para tragar y la presión en la garganta suelen mejorar significativamente. La glándula tiroidea sana continuará produciendo hormona tiroidea.
Se administra anestesia local antes del procedimiento, por lo que la mayoría de los pacientes no experimentan dolor. Durante la ARF, es normal sentir presión o empuje en el cuello, aunque generalmente no es doloroso. Algunos pacientes podrían sentir calor o molestias que se irradian hacia el oído o las mandíbulas. Tras la intervención, se proporcionan compresas de hielo y, si es necesario, medicación para el dolor.
No. El procedimiento se realiza con una aguja fina. Es posible que queden pequeñas marcas de la aguja en el cuello durante uno o dos días después del procedimiento, pero no dejará ninguna cicatriz visible.
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